REFLEXIONES SOBRE TAMBIEN LA LLUVIA
Reflexiones sobre También la lluvia.
También la lluvia es un film de la directora española Iciar Bollaín, realizado en el 2010, con las actuaciones de Gael García Bernal (Sebastián) y Luis Tosar (Costa) en los papeles de director y productor ejecutivo, y Juan Carlos Aduviri (Daniel) como actor representando el papel de un indígena en una película sobre la conquista de América. De cierta manera es una meta película, una película sobre un película. Además está una documentarista (Candela Peña) que sigue no solo al crew de filmación, sino que también documenta los acontecimientos y la realidad social.
La cinta retrata a un equipo de producción realizando una película en Cochabamba Bolivia, corazón del imperio inca y del país. El equipo comienza el rodaje haciendo un casting de extras entre la población. Allí se topan con Daniel, indígena quechua o campesino como a veces se les llama en el film. Inicialmente el equipo muestra su superioridad cultural y su poca sensibilidad social ante las necesidades y vulnerabilidad de los ciudadanos. Algunos muestran abiertamente su racismo y su actitud discriminatoria. Otros actúan sus personajes incluso fuera del set de filmación: Yo soy Bartolome! Yo soy Montesinos! Se muestran al margen de las injusticias, especialmente Costa, quien es insensible ante las necesidades de los pobladores y le dice a Daniel, ¨nunca saldrás de este sitio de mierda donde vives¨. La actitud de los forasteros produce, desconfianza y rabia especialmente en Daniel a quien se le ha dado un papel protagónico en la cinta. Paralelamente sucede un acontecimiento de marcada injusticia social: la guerra del agua. Aquí se muestra la indignación de la gente ante la privatización del agua y el poder y resistencia de un pueblo.
Sebastián insiste en que hay que contar la historia de la colonización "tenemos que contar lo que pasó" como si fuese una cuestión olvidada del pasado. La realidad es que la conquista se vive aún en la vida actual de los indígenas y ahora los actores abren las heridas queriendo revivir un pasado cruel que los citadinos prefieren no recordar. Las memorias de una explotación, de una esclavitud y un genocidio que se ha perpetuado en el tiempo y los ha dejado marcados por generaciones. En una de las escenas de la cinta el director se empecina en la idea de recrear la escena de las madres ahogando sus hijos en el rio para evitar que los perros de los conquistadores se los coman. La escena es muy dura de digerir. Las madres reviven la historia quizás contada por sus antepasados y no les cabe en la cabeza la idea de reproducir el doloroso acontecimiento. Los niños lloran ante la tensión de la situación y quizás perciben las malas vibras y solo se calman cuando las madres se niegan a filmar la escena, comienzan a cantar canciones de cuna, y se retiran insultadas por la solicitud.
En otra escena donde los indígenas son quemados en la hoguera, Daniel grita insultos que no sabemos si son parte del script o su real sentir. A todas estas los productores muestran su poca sensibilidad, y solo les interesa culminar el film. Daniel se encuentra entre su realidad vivencial y su papel protagónico. Realidad y ficción se cruzan. Ha estado participando de las marchas en contra del gobierno y ello pone en peligro el progreso del proyecto fílmico. Es una voz importante dentro del movimiento en contra de la privatización del agua. Y es apresado y esto trae muchas implicaciones.
Hay muchas alusiones a la sed, el agua, las bebidas. Daniel tiene sed de justicia. Sebastián, sed de ambición. Los españoles, sed de conquista. Mientras los pobladores luchan bajo una balacera por su agua, dentro del palacio presidencial se sirven bebidas espirituosas y se ignoran los llamados de los que son acusados de querer ser víctimas.
Los papeles se invierten cuando Costa se siente obligado a ayudar a una indígena y ahora Sebastián le pide que no lo haga, que no se exponga al peligro del levantamiento civil, alegando con actitud geocéntrica que el lio pasará, pero ¨la película será para siempre.¨ En algún momento de la película Daniel le recuerda a Sebastián, que su película no es lo más importante, implicando que la consideración y la dignidad humana lo son.
La película es un poco predecible, en especial el papel de Costa, que en el evidente turning point se convierte en el hombre honorable, servil, una especie de Rambo, que supera todos los obstáculos de la insurrección hasta llegar al lugar donde se encuentra la niña herida. La indígena con influencias permite que los dejen superar todas las barricadas. A Costa la experiencia le ha sido enriquecedora, es un hombre mejorado. Sebastian sin embargo ya no es tan optimista. No sabemos si Sebastian se quedó o se fue, o si la película se concluyó.
El filming crew se va de la ciudad. La documentarista, al parecer sin mucho espíritu de reportera gráfica, se pierde el mejor documental de su vida. Su papel pudo haber tenido implicaciones importantes, pero su peso se pierde, se desvanece sin dejar huella. Pudo haber sido esta la representación de los conquistadores que fueron expulsados por los indígenas en algún lugar de las Américas. Valientes hasta que vuela la cucaracha. Algunos actores sobre actúan y sobre dramatizan las escenas. Algunos clichés: la radio deja de funcionar en el momento más inoportuno.
La multinacional se retira de la negociación de la privatización del agua. El pueblo gana. Daniel y Costa se encuentran y Costa es obsequiado con un pequeña botella que en principio pareciera de agua bendita y las palabras: "sobrevivir siempre es lo que hacemos mejor. " Un obsequio de agua, pudo simbolizar renacimiento, nuevos comienzos, bendiciones; una mezcla de lo divino y lo pagano. Pero también pudo haber sido pizco, en celebración de lo autóctono, lo genuino y que la rebelión hace la fuerza.
Comentarios
Publicar un comentario